El comienzo de una nueva etapa
La jubilación supone pasar del largo estadio de la vida profesional durante el cual el trabajo se concibe como la virtud fundamental, al periodo del descanso. La rutina se modifica y se produce una ruptura de las relaciones profesionales, un cambio en las condiciones de la vida social y una transformación en las relaciones hogareñas.
En las condiciones de vida financiera, la pérdida de una parte de los recursos tiene por resultado la perturbación del equilibrio general del presupuesto. Es por ello que resulta de utilidad considerar cuáles son los recursos económicos con los se contará en esa etapa. Se torna necesario reflexionar respecto de las prioridades y gastos secundarios; siendo conveniente planificar la economía personal antes de jubilarse.
Respecto de la vida cultural y el ocio, el jubilado va a pasar de una situación con poco tiempo que dedicar a las distracciones, a una situación con mucho más tiempo libre. Los cambios que la jubilación conlleva, suelen estar relacionados con la utilización de este nuevo tiempo libre, con los contactos sociales y familiares tras dejar de trabajar. Aspectos, todos ellos, que requieren un periodo de adaptación que varía en cada persona. Se trata de un momento óptimo para ampliar y consolidar la red de amistades ya que es posible disponer del espacio para profundizar en las relaciones sociales.
Por otra parte, se pueden retomar actividades que se han tenido o bien emprender una nueva afición que brinde gratificación personal, que permita sentirse productivo y conocer otras personas. Se trata de elegir la actividad que resulte más placentera y en la que se pueda estar en contacto con otros, ya que disfrutar del tiempo de ocio reporta beneficios físicos y psíquicos.
La jubilación es una puerta abierta a nuevas oportunidades y desafíos. La mezcla de fantasías e ilusiones que provoca la idea de jubilarse puede derivar en ansiedad a medida que se acerca la fecha, y una vez que ocurre suele sobrevenir la incertidumbre. Sin embargo, sólo se trata de encontrar el modo de prepararse.
Una persona que establece una organización de su vida en torno de su rol de trabajador, evidentemente, al jubilarse, puede llegar a sentir que algunos aspectos de su vida se van a desorganizar. Se trata de adaptarse a un nuevo rol y es importante que durante este proceso sea particularmente activo en lo social y lo familiar, aunque también promover espacios que permitan revalorizar las aptitudes individuales. Asimismo, conviene dejar de asociar ciertas iniciativas con una edad en concreto, como por ejemplo volver a estudiar.
Algunas personas deciden realizar actividades de voluntariado. Existen distintos ámbitos de ayuda social, y es posible encontrar una actividad que se conecte con su área de interés, al tiempo que se realiza una retribución a la comunidad que resulta gratificante. Escuelas, iglesias y organizaciones sin fines de lucro buscan ayuda por parte de la sociedad civil.
Por otra parte es importante mantenerse activo. Realizar ejercicio físico, teniendo en cuenta las propias posibilidades, es una medida fundamental para estar en forma: rutinas de ejercicio simple, como caminatas, ayudan a evitar desarrollar dolencias físicas.
También existen rutinas efectivas para mantener la mente en forma, como jugar a las cartas, leer diariamente, escribir, utilizar las nuevas tecnologías. Se trata de encontrar actividades que supongan un reto para la mente, así como también para el cuerpo y transformar las posibles amenazas en oportunidades, de poner en marcha nuevos proyectos que implican siempre el desafío de participar de forma activa.
Dado que el retiro laboral es un acontecimiento de fecha cierta, la persona que se acerca a esta etapa puede prepararse para enfrentar los cambios que se avecinan de la mejor manera posible. Resulta necesario cambiar la mirada -viciada de supuestos y prejuicios- sobre el retiro de la vida laboral, renovar la perspectiva sobre los estereotipos deterministas de los conceptos de jubilación y vejez y reemplazarlos por una visión más realista y positiva de esta etapa vital.
El cambio forma parte de la vida de los seres humanos y la jubilación es un cambio de los muchos que se experimentan a lo largo de la vida. Conocerse un poco mejor a sí mismo facilita una mejor adaptación a los cambios que conlleva la jubilación. Saber más de nosotros mismos es saber más sobre las preferencias personales, tendencias y emociones. Todas estas dimensiones nos hacen singulares y van a influir en nuestra forma de entender la realidad y responder a ella.
En este marco, la COMISIÓN PARITARIA DE SERVICIO SOCIAL (DGA – SUPARA) apunta a contribuir, a través de la orientación, a que los compañeros de la Comunidad Aduanera que están próximos al retiro laboral puedan prepararse para encarar los cambios que se producirán a partir del cese de su actividad.
- Ayudar a identificar los nuevos roles a desarrollar y reconocer las diferentes redes sociales de las que se puede formar parte (clubes, amigos, instituciones comunitarias, centros de jubilados).
- Ofrecer un espacio para la resignificación del nuevo ciclo de vida, como la utilización del tiempo libre y los proyectos personales.
- Así también brinda acompañamiento en la etapa posterior al retiro laboral.
Se trata de ir visualizando los caminos por elegir, las nuevas alternativas, evitando prejuicios, valorando el propio potencial y con el apoyo del lugar que nos acompañó durante décadas de nuestra vida.
Tomar conciencia de los cambios que se van a producir, las oportunidades que se abren y la flexibilidad necesaria que se requieren para afrontar las nuevas condiciones, ayuda a disminuir el impacto emocional que este periodo pueda tener. Y sobre todo, teniendo en cuenta que la preparación para la jubilación tiene un significado personal diferente en función de la historia individual y de la centralidad de la actividad laboral desempeñada y habrá que transitar la propia experiencia…
Autora del Articulo:
Lic. Valeria S. D’amico
Com. Paritaria de Scio. Social
S.U.P.A.R.A.